lunes, 6 de julio de 2015

Entre los destinos turísticos cercanos que la gente de Lima Norte, puede visitar durante estas fiestas están aquellos ubicados en la provincia de Canta.

Canta ofrece al turista local muchos lugares de gran atractivo turístico, entre los cuales tenemos Los centros de esparcimiento de Trapiche, Los Petroglifos de Checta, el santuario de Santa Rosa de Quives, Yaso: el pueblo de los 100 balcones, la capital provincial de Canta, la cordillera de la Viuda, etc. Esta vez nos centraremos de uno de sus principales atractivos: el pintoresco pueblo de Obrajillo.

El pueblo de Canta

El punto de partida se inicia en la Av. Tupac Amaru Km. 22, en los alrededores de la comisaría, aquí encontramos buses, "custers", "combis", station wagons, e incluso pequeños camiones que transportan a los aficionados al ciclismo y sus bicicletas y equipo, la oferta es variada, para los días festivos el pasaje va desde los S/. 5 en bus hasta los S/.15 en colectivo station wagon.

La pista de dos carriles no es nueva pero se encuentra en muy buenas condiciones, pavimentada en su totalidad, solo un corto tramo ha perdido el pavimento debido a los huaicos, el trayecto es una pendiente suave con muchas curvas y que se acentúa un poco hacia el final del mismo, no comprende curvas muy peligrosas y precipicios los hay pero son pocos.

El viaje dura, según el medio de transporte, unas tres horas al cabo de las cuales, previa parada técnica en algún lugar intermedio, llegamos a Canta.

Canta en semana santa es un pueblito por cuya calle principal queda totalmente congestionada, allí circulan apretujadamente vehículos de todo tipo, buses, combis, custers se disputan el paso con 4x4s, camiones y otros pequeños vehículos.

Ni que decir de la gente, los mochileros están por doquier y no caben en las veredas, andan en grupos, chicos y chicas, sus pesados equipos arrumados por todas las paredes, postes y bancas, o simplemente amontonados en el suelo, los recién llegados abarrotan las calles mientras se aclimatan y reponen del viaje, los encontramos ya sea charlando, tomándose algún trago para el frío, comiéndose un choclito con queso o esperando turno para entrar a los restaurantes que rebalsan de gente encasacada, de mochilas y de sopa de patasca.

Cuando recién bajas del carro estas un poco "zombi", el cansancio del viaje y los preparativos, el frió, la altura, la cantidad de gente que anda por todos lados, el ruido de los carros y los gritos de los llenadores de combi: "¡uno para Obrajillo!", todo eso no te deja pensar bien, peor aún si estas con niños: "me duele la cabeza, tengo frió, hambre, sed, quiero irme a mi casa, etc.".

Si no puedes alcanzar un restaurant lo mejor tomar tu combi a Obrajillo de una vez, o caso contrario comenzar a subir hacia la plaza, una vez allí puedes descansar un rato o entrar a un restaurant menos concurrido. Ya un poco mas tranquilo decides si vas en carro o haces un poco de footing (1/2 hora) para llegar a Obrajillo, de hecho que la gran mayoría toma el carro y se va por ese medio, es lo mejor si llegas por primera vez.

El trayecto Canta-Obrajillo puede tomar 15 minutos como una hora, todo depende de la suerte, muchas combis viejas llegan de Lima, algunas de ellas que están andando solo por que Dios es grande pero por la altura "tosen" y se plantan justo en medio de la caravana vehicular que marcha hacia Obrajillo por la carrozable de una sola vía, imagínense. Y lo peor no es eso, lo peor es que a veces se plantan dos carros a la vez.

Obrajillo: pueblo, campiña y río

Una vez en la plaza de Obrajillo tienes que recorrer unas seis cuadras hasta llegar al puente en cuyas cercanías venden de todo: plástico azul para las carpas o para que te hagas un poncho para la lluvia, chompas, comida, leña que no enciende, choclos, queso, chelas y un largo etcétera. También aquí alquilan caballos.

En ambas márgenes del río existen zonas para acampar que cuentan con guardianía, servicios higiénicos, alumbrado eléctrico y otros servicios adicionales como baño con agua caliente, venta de leña, alquiler de carpas, sleepings, frazadas y otras cosas mas.

La zona de campamento mas grande y económica así como la preferida por la mayoría de jóvenes se sitúa a la entrada de la pequeña hidroeléctrica de Obrajillo, para llegar a ella, luego de cruzar el puente debes tomar el camino de la derecha, recorres unos 800 mts. casi lineales y en la primera curva encuentras el portón que da acceso a la hidroeléctrica y a esta zona de camping.

El año pasado un vehículo de la Policía Nacional recorría durante la noche los distintos campamentos, sin embargo las autoridades de Obrajillo fueron inexistentes durante la Semana Santa del 2006, los depósitos de basura eran pocos y estaban rebalsando porque su contenido no era retirado, no había un puesto de orientación turística ni de primeros auxilios, un plano o mapa, un cartel, nada de nada, no sabemos como será este año.

Obrajillo es un pueblo detenido en el tiempo, aún tiene algunas casas de la época colonial, era un lugar de descanso para hombres y bestias que transitaban entre la capital y las minas de Cerro de Pasco, en una de las casas de Obrajillo se guardaba el cargamento de plata traído de Cerro de Pasco mientras una escolta del ejército fuertemente armada pasaba la noche, los asaltantes de camino en número de 20 o mas eran muy comunes entonces.

Lo hermoso de Obrajillo, además del pueblo, su plaza, su iglesia y sus casas antiguas, es su campiña con su olor a hierba fresca y el río con su repiquetear constante, el amanecer es un momento casi repentino que vale la pena contemplar lo mismo que el ocaso, las mañanas son propicias para los largos paseos a pie o a caballo hasta San Miguel, el pueblo que queda en lo alto, en "el mirador" se puede disfrutar de la vista panorámica de todo el valle. Estas mañanas terminan invariablemente en un restaurant campestre con una buena trucha frita en la mesa. En las tardes se puede pasear por el pueblo, ir a la iglesia o visitar Canta y sus actividades por estas fiestas. En la noche los grupos de chicos y chicas hacen fogatas, cantan, bailan y se divierten hasta el amanecer. El ambiente que se vive es muy animado, casi puede decirse que familiar, toda la gente anda contenta y relajada.


domingo, 5 de julio de 2015

El pueblo se fundó en los tiempos coloniales por Pedro Ortiz de Orué. Maras se ocupó cuando los ciudadanos de Cuzco se retiraron de los palacios incas en Cuzco y tuvieron que migrar hacia otros pueblos pequeños tales como es ahora Mara y Sebastián. En el pasado Maras fue un pueblito muy importante, tanto así que fue declarada “Villa de San Francisco de Asís” (Villa: pueblo que trae beneficios). Sin embargo hoy en día es un pueblo aislado y carece de una vida moderna.
En la plaza principal del pueblo (Plaza de Armas) existe un monumento con un conjunto de estatuas representando a una pareja de campesinos y un burro. El pedestal de dicho monumento contiene imágenes de los tres principales atractivos turísticos de la comunidad: Las ruinas de Moray, la iglesia colonial de San Francisco y las Salineras de Maras.

Hacia el noroeste del pueblo de Maras se encuentran las famosas salineras hasta donde se puede llegar a pie por el camino de herradura o en carro por la carretera de tierra que es casi intransitable en la estación de lluvias. Las salineras de Maras conocidas por algunos como "minas de sal" están constituidas por unos 3000 pozos pequeños con un área promedio de unos 5 m², construidos en un costado de la inclinación de la montaña de "Qaqawiñay", que durante la época de sequía se llenan o "riegan" cada 3 días con agua salada que emana de un manante natural ubicado en la parte superior de los pozos para que al evaporarse el agua, la sal contenida en ésta se solidifique paulatinamente. Ese proceso continuará aproximadamente por un mes hasta obtener un volumen considerable de sal sólida, de unos 10 cms. de altura desde el piso, que posteriormente es golpeada y así granulada; la sal será después embolsada en costales plásticos y enviada a los mercados de la región; hoy esa sal está siendo yodada por lo que su consumo no es dañino.